jueves, 13 de noviembre de 2014

BIENVENIDOS A CENTRO SURYA TERAPIAS COLÓNICAS NOROESTE

Mi nombre es Adriana Diaz Curcio, tengo una hermosa gran familia que creamos con mi esposo de muy jóvenes. Esto hizo que comenzara mi búsqueda hace sólo un par de años ya que me encontraba abocada a mi familia.

Siempre hay una razón: un desasosiego interno, una disconformidad o tal vez la puerta  sea abierta por alguna enfermedad.

En mi caso particular, comienzo a buscar un equilibrio interno a través del yoga. Estaba finalizando mis estudios en esta disciplina y, mi maestra, me sugirió que me hiciera una terapia colónica. “¡¿Qué es eso?!”, me pregunté.

Así me encontré con esta maravillosa herramienta y, desde entonces, se ha convertido en la puerta de ingreso a la salud y la plenitud para mí. Justamente es por ello que lo recomiendo a todos aquellos que deseen lo mismo y estén buscando este tipo de respuesta.

Por supuesto que fui sumando conocimiento hasta concluir que la salud, en mi opinión, tiene tres patas fundamentales: yoga, depuración del organismo y alimentación fisiológica.

  • Yoga:

Implica no solo la práctica continua de las asanas o posturas, sino también pranayamas, respiraciones conscientes que mejoran la captación del oxígeno y la eliminación del dióxido de carbono, además de controlar el prana (energía vital); y la meditación; técnica milenaria para lograr el aquietamiento de la mente y la paz interior.

“La enfermedad es la oscilación de la mente entre el pasado y el futuro”, tenemos 600.000 pensamientos x día, y todos recurrentes, ¡¡¡siempre pensamos lo mismo!!!
Por lo tanto, vivir sólo el presente es lo saludable ya que es lo único que tenemos: el pasado y el futuro no existen.

  • Depuración del organismo:

Es claro que para comenzar una obra de arte, el lienzo debe estar limpio y nosotros somos nuestra propia obra de arte.
Es cierto que nos ocupamos de estar impecablemente limpitos por fuera: nos bañamos todos los días, nos perfumamos, nos ponemos desodorantes, cremas, etc. Pero… ¿por dentro? ¿Y los canales, los conductos, los filtros? O, ¿tendría que ser trasparente nuestro abdomen para tomar conciencia? “Ojos que no ven…”

  • Alimentación fisiológica:

Es una modalidad de comer con la que se aprende a regular la ingesta sobre la base del hambre y la saciedad, utilizando alimentos naturales. Comer fisiológicamente es una habilidad con la que todos nacemos. Pero, esa capacidad innata, se anula por las modalidades civilizadas de alimentación (dietas y excesos); y por el uso indiscriminado de alimentos artificiales (refinados e industrializados) que nos imponen desde que nacemos. Esa habilidad puede ser restablecida, recuperando de esa forma el equilibrio de la conducta alimentaria, el metabolismo y el peso.
La hidroterapia colónica es el único proceso mediante el cual se limpia el colon en toda su extensión. Consiste en el paso del agua por gravedad a través del recto, utilizando una pequeña cánula.

Es una práctica absolutamente inocua e indolora que tiene muchos más beneficios que contraindicaciones, ya que se puede realizar en niños pequeños hasta ancianos.
Se logra eliminar toda la toxicidad acumulada en el colon durante años, previniendo y remitiendo muchas enfermedades, aún las llamadas terminales.

Luego de limpiar bien el colon, es aconsejable continuar con limpiezas hepáticas, renales y, también, del órgano más grande de eliminación: la piel.

Todas estas depuraciones, que son ancestrales: la tina, jala neti, ducha de agua fría, emplastos de arcilla, etc. fueron desapareciendo con la llegada del modernismo.

Ningún proceso de sanación, es único ni mágico; es un camino de ida que difícilmente tenga retorno, y además incluye muchas otras prácticas de higienismo y alimentación imprescindibles para completar el proceso.

En definitiva: mi aporte de hoy es contarles mi propia experiencia, que según mi criterio es de lo único que podemos hablar con real certeza.

El antes:
Pesaba 15 kg más y sufría de: hipotiroidismo, artrosis cervical, escoliosis, lordosis, hernia de disco, ataque de pánico, depresión, colesterol altísimo y, lo último, quiste en el útero, que por mandato genético tenía que convertirse, o fue cáncer, no lo averigüé; a pesar de que el médico había sentenciado que me iba a “vaciar” para que me quedara tranquila.
Tomaba fármacos para todo: para dormir, para despertarme, para dolores, para hipotiroidismo, para colesterol, etc.

El después:

Tengo 15 kg menos, no tomo un solo fármaco, el supuesto quiste o tumor no está más, no hay colesterol ni hipotiroidismo –que se supone es para toda la vida- me siento plena y mejor que cuando tenía 30.


Adiana Diaz Curcio
Terapeuta Colónica

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